La historia de Fleetwood Mac es la más similar en el mundo del rock a la protagonizada por Génesis, ya referida en el anterior post, pues lo que en principio era una banda de blues británica formada en 1966 luego se convertiría en una especie de banda pop californiana a mediados de los años 70, hasta su disolucion a principios de los 90.
Fue tal el cambio de músicos y estilos en Fleetwood Mac que puede hablarse incluso de tres grupos distintos, el Fleetwood de blues tradicional, el Fleetwood rock y el Fleetwood pop. No obstante, a traves de sus multiples encarnaciones, los unicos miembros originales de Fleetwood Mac que estuvieron siempre en la banda fueron el baterista Mick Fleetwood y el bajista John McVie, que justamente es la seccion ritmica que dio nombre a la banda (paradojas del destino, ya que ellos fueron los miembros que menos influenciaron la direccion musical de la banda a lo largo de los años).
El decir que Fleetwood Mac ha pasado por mucho, no contaría ni la mitad de su historia, pues ha existido fama y fortuna, pero también ha habido adicciones destructivas, líos de dormitorio y traiciones. Es más, si la banda hubiera sido un solo individuo, cualquier psicólogo haría el diagnosis de personalidades múltiples. En definitiva, pocas bandas en la historia del Rock han sufrido tantos cambios de formacion y tantos virajes estilisticos como los camaleonicos Fleetwood Mac. Veamos, por partes.
Fleetwood Mac se formó en 1967 a partir de la unión de Green, Fleetwood y McVie, quienes habían dejado los “Bluesbreakers” de John Mayall, inspirados por el éxito de Cream, los Yardbirds y Jimi Hendrix. La formación del cuarteto original la completaba el guitarrista Jeremy Spencer, y más tarde, Danny Kirwan. El aporte de Spencer y Green fue clave para que la banda desarrollara un sonido de blues psicodélico, de modo que por el perfil de estos músicos no sorprendió a nadie que los primeros dos álbumes, Fleetwood Mac y Mr. Wonderful, ambos de 1967, estuvieran cargados de blues (mención aparte merece “Black Magic Woman”, del segundo disco, escrita por Peter Green y que más tarde se convertiría en éxito de la mano de Santana).
Llegados a 1969 Fleetwood Mac empezó a dar señales de cambio, pasando del blues tradicional a un blues más progresivo. Ese paso se dio con el lanzamiento de los discos “English Rose” y “Then Play On”, disco este último que verdaderamente marcó el sentido del rock-blues progresivo. Las composiciones de Green, “Man of the World” y “Oh Well”, estuvieron en lo más alto de las listas británicas, y supusieron sus mejores trabajos: de hecho fueron cumbres compositivas que nunca más volverían a repetir.
No obstante, cuando todo parecía ir sobre ruedas, la etapa dorada de Fleetwood empezó a cambiar cuando el estado mental de Peter Green flaqueaba cada vez más, agudizado por el consumo de alucinógenos. En 1970 decidió dejar la formación, y fue reemplazado por Christine Perfect, vocalista que tenía sus seguidores en Inglaterra luego de haber cantado para Spencer Davies. Después de las salidas de Green a mediados de 1970 y de Spencer en 1971, los miembros restantes se inclinaron por hacer una música más sencilla y adecuada al gusto popular (¿de qué me sonará a mí esto?). Es en este momento cuando nace la segunda formación, de la mano como se ha dicho de Christine Perfect y Bob Welch , sin duda este último el auténtico motor que condujo al grupo por nuevos rumbos, no siempre afortunados, bien es cierto.
De esta nueva agrupación resultaron aún dos excelentes discos como “Future Games” (1971) y “Bare Trees” (1972). Los años siguientes también fueron testigos de más cambios en la banda, cuando a Fleetwood Mac se une en 1973 Dave Walker como cantante y Bob Weston, quienes ayudaron a grabar “Penguin” y “Mystery to Me” de 1974. Tras la salida de Weston, el ya cuarteto editó “Heroes Are Hard To Find” a finales de ese año, cerrando de nuevo una etapa de un modo al menos digno.
Finalmente, la tercera y definitiva versión de Fleetwood Mac se formó en 1975 cuando se integraron Lindsey Buckingham y Stevie Nicks, siendo esta formación la más duradera de las tres anteriores, y sin duda la de mayor éxito comercial, pero la menos creativa y la más acomodada. Buckingham y Nicks componían música comercial e intentaban al mismo tiempo hacerla sonar innovadora, algo que lograron en muy pocas ocasiones.
En 1975 publican un disco que fue el verdadero empuje que necesitaban para transformarse en la bandera del rápidamente creciente mercado de la radio FM. El homónimo Fleetwood Mac (donde se incluyen los éxitos Rhiannon y Over My Head) era una mezcla de cinco individuos descubriendo los aspectos positivos de cada uno. Pero aunque Fleetwood Mac había logrado el éxito comercial largamente añorado, el grupo se estaba desarmando detrás de bastidores. Los McVies se divorciaron en 1976, mientras que la relación entre Buckingham y Nicks terminó al poco tiempo. Por supuesto, las historias que la prensa relataba sobre el grupo entrando y saliendo de relaciones entre ellos fue usado en el título de lo que fue, hasta ese momento, el álbum más vendido de todos los tiempos: “Rumours”. Su disco más popular llegó a vender más de 17 millones de discos ese año, y su primera cara contenía ya tres números uno: Dreams (versioneada más tarde por las inefables The Corrs), Don't Stop y Go Your Own Way.
“Rumours” fue escrito en base a las relaciones amorosas que se estaban desmoronando en ese mismo instante. El álbum es una suerte de relato pasteloso sobre los problemas del amor en medio de unos años setenta en que el amor se “liberó”. “Rumours” es probablemente por ello el fenómeno de masas más importante de la historia del rock, del que se extrajo una cosecha de éxitos sin precedentes, aunque a la vez quizá sea el disco más sobrevalorado, pues se ofrecían los puntos de vista de los hombres y las mujeres con una particularísima demagogia de andar por casa.
Detrás del disco vino una intensa gira durante la cual (como suele suceder en estos casos, cuando la euforia del momento impide ver más allá) Fleetwood Mac era considerado el mejor grupo del mundo. En efecto, aún a día de hoy el LP ha contribuido decisivamente a que como grupo Fleetwood Mac haya colocado más de 70 millones de copias de sus discos, siendo en cambio absolutamente olvidados sus prometedores inicios.
En 1979 Fleetwood Mac produjo el doble álbum “Tusk” en 1979, y aunque si bien es cierto que no vendió tanto como el LP anterior, produjo dos sencillos como “Sara” y “Tusk”, canciones en las que se notaba cómo se empezaba a generar un nuevo tipo de música, aún incluso más banal que la anterior y descaradamente comercial, orientada al mainstream sin tapujos de ningún tipo.
Luego de la gira, vino un período de descanso de tres años en los cuales se empezaron a desarrollar carreras en solitario. La más destacada fue la de Stevie Nicks, que empezó a minar la popularidad de la banda, mientras que Buckingham y Fleetwood apenas lograron darse a conocer con sus proyectos. Durante los ochenta Fleetwood Mac lanzó “Mirage” en 1982 y “Tango in the Night” en 1987. “Mirage” fue un éxito rotundo empujado por “Gipsy”, justo cuando el grupo descubre los milagros que puede generar la MTV cuando uno está de su lado. No obstante, sus componentes estaban concentrados en sus respectivas carreras individuales y no estaban interesados en seguir de gira, lo que precipitó la salida de Buckingham, Nicks y Christine McVie propiciadas por el uso y abuso de las drogas y por el inacabable desarrollo de sus enorme egos. Después de “Tango in the Night” Buckingham dejó el grupo cansado de las limitaciones musicales del grupo, dándose cuenta muy tarde que hacer el ridículo por dinero no era tan buena idea.
No obstante, en 1997 los integrantes de la tercera formación de Fleetwood Mac (las dos anteriores no interesaban al gran público y no eran rentables) al oler dinero fresco hicieron de tripas corazón y dejaron a un lado sus diferencias, reuniendose para celebrar el 30 aniversario del grupo. Para celebrar tamaño acontecimiento grabaron un especial con MTV (cómo no) titulado “The Dance”, cuyo disco llegó a lo más alto de las listas del Billboard. Por último, en 1998 Fleetwood Mac fue admitido en el Salón de la Fama del Rock and Roll, además de recibir un premio por su aporte musical en los premios Brits de Inglaterra, galardones que no hacían sino poner el epitafio al grupo que tuvo el dudoso honor de componer las más lánguidas paginas del pop para consolar a las cansadas tribus del post-hippismo.