Bruce Sprinsteen es conocido por muchos como "The Boss", el jefe del rock, el gran maestro de ceremonias de conciertos plenos de fuerza y garra que dirige a la E-Street Band, grupo modelado a su imagen y semejanza y que funciona perfectamente engrasada aún a día de hoy para deleite de sus fans. Bueno, bueno. Hagamos historia.
En su momento, algunos críticos aclamaron a Bruce como el salvador del rock & roll, como el solista que conjugó el rock de los 50, la musica de los 60 y la crudeza de los 70. Se le mencionó como el nuevo poeta urbano, capaz de componer canciones de la complejidad de un Dylan (calificativo que sin duda le viene muy grande), y con conciertos que estaban cerca de convertirse en ceremonias llenas de fanáticos ávidos de música musculosa.
Pero no nos engañemos. Vamos a rascar un poco en el mito para ver que no es oro todo lo que reluce. Springsteen llegó al rock & roll como un adolescente que tocaba en mediocresbandas de rock de mediados de los 60, combinando el rock garaje y el clásico formato detrío de blues rock. Durante un tiempo, a principios de los 70, incluso intentó ser un cantante de folk, casi un cantautor (como cambian las cosas), pero con nulo éxito.
A mediados de los 70, cuando comprobó que debía convertirse al rock y dejar de una vez las guitarras acústicas, ya habían aparecido músicos de rock que estaban pegando fuerte con un sonido muy parecido al que tendría Bruce después (qué casualidad), como Bob Seger, con lo que Springsteen parecía más un miembro de ese genero ya establecido que el creador y renovador del mismo, como luego machaconamente se nos intentó hacernos creer. Vamos, que llegó cuando todo el pescado estaba vendido y con multiples enemigos que vencer: es más, sólo despuntaría luego (en ventas, no en creatividad) cuando sus competidores habían dejado la música para vivir de las rentas...
Así las cosas, y para rescatarlo del olvido, fue dirigido en 1975 por la maquina publicitaria de una gran compañía de discos, Columbia, siendo percibido como "hype" ("promoción exagerada") por una parte significativa del público, así como por los medios. Springsteen aterrizó en las portadas del Times y del Newsweek, pero ambas revistas cubrían sólo el fenómeno, no la música. El álbum de Springsteen, “Born To Run”, llegó a ser un hit, pero NO OLVIDEMOS que Bruce saltó a la arena como una campaña de marketing, y la mayoría de los fans fueron atraídos más por la campaña de prensa que por sus discos y espectáculos (hecho demostrado y demostrable).
En su momento, algunos críticos aclamaron a Bruce como el salvador del rock & roll, como el solista que conjugó el rock de los 50, la musica de los 60 y la crudeza de los 70. Se le mencionó como el nuevo poeta urbano, capaz de componer canciones de la complejidad de un Dylan (calificativo que sin duda le viene muy grande), y con conciertos que estaban cerca de convertirse en ceremonias llenas de fanáticos ávidos de música musculosa.
Pero no nos engañemos. Vamos a rascar un poco en el mito para ver que no es oro todo lo que reluce. Springsteen llegó al rock & roll como un adolescente que tocaba en mediocresbandas de rock de mediados de los 60, combinando el rock garaje y el clásico formato detrío de blues rock. Durante un tiempo, a principios de los 70, incluso intentó ser un cantante de folk, casi un cantautor (como cambian las cosas), pero con nulo éxito.
A mediados de los 70, cuando comprobó que debía convertirse al rock y dejar de una vez las guitarras acústicas, ya habían aparecido músicos de rock que estaban pegando fuerte con un sonido muy parecido al que tendría Bruce después (qué casualidad), como Bob Seger, con lo que Springsteen parecía más un miembro de ese genero ya establecido que el creador y renovador del mismo, como luego machaconamente se nos intentó hacernos creer. Vamos, que llegó cuando todo el pescado estaba vendido y con multiples enemigos que vencer: es más, sólo despuntaría luego (en ventas, no en creatividad) cuando sus competidores habían dejado la música para vivir de las rentas...
Así las cosas, y para rescatarlo del olvido, fue dirigido en 1975 por la maquina publicitaria de una gran compañía de discos, Columbia, siendo percibido como "hype" ("promoción exagerada") por una parte significativa del público, así como por los medios. Springsteen aterrizó en las portadas del Times y del Newsweek, pero ambas revistas cubrían sólo el fenómeno, no la música. El álbum de Springsteen, “Born To Run”, llegó a ser un hit, pero NO OLVIDEMOS que Bruce saltó a la arena como una campaña de marketing, y la mayoría de los fans fueron atraídos más por la campaña de prensa que por sus discos y espectáculos (hecho demostrado y demostrable).
Que te han pillao con el carrito del helao...
A partir de ahí, y con el camino ya allanado, para colgarse de un forma facilona los galones llega el patriótico “Born In The USA” (Junio 1984) bombazo que le llevó a un tour internacional de más de dos años. Del álbum se sacaron más de siete singles que fueron éxito absoluto y vendió sobre diez millones de copias, poniendo a Springsteen en los cielos del pop junto a Michael Jackson y Prince (vaya, otro buen ejemplo de musicos excesivamente reconocidos por el gran público y la industria...).
A finales de este 1993, escribe y graba sin duda el tema más pesado, soporífero y aburrido de la historia de la música pop, "Streets of Philadelphia", para la banda sonora de la película “Filadelfia”, tema que llega de inmediatamente a lo más alto de los Top Ten en 1994, ganando el Premio de la Academia como Mejor Canción y vencedor de los Grammy (premios que, como todo el mundo sabe, son dirigidos y adjudicados por las grandes compañías del entretenimiento, y que no son en absoluto poseedores de prestigio alguno ni son sinónimos necesariamente de una calidad contrastada).
En definitiva, podriamos estar horas y horas hablando de lo que parece ser, pero no es. Sin dudar de su valía como showman para conciertos de estadio, Bruce Springsteen ha sido más un músico carismatico y con don gentes que un verdadero creativo, con la enorme fortuna de contar con una gran compañía que ha ido respaldando a lo largo del tiempo alguna que otra canción afortunada. Y ya se sabe que, en música, lo que dura en el tiempo (aunque sea artificialmente) se convierte en clásico...